Cuando lo malo se convierte en muy bueno....
Gracias a la facilidad de la que goza la patata para combinarse con el resto de los alimentos, se ha convertido en uno de los elementos más populares partir del cual se elaboran numerosas recetas de cocina.
Sus comienzos no fueron fáciles.....
Cuando los conquistadores españoles llegaron a Perú (por el siglo XVI), encontraron que la patata era junto con el maíz uno de los alimentos más consumidos por los indígenas.
Sin embargo, por no aparecer en la Biblia, los españoles lo consideraron como un alimento maldito (<<raíz del diablo>>) y no apto para el consumo.
Resulta curioso señalar que dos de los lugares de la geografía española más conocidos por la calidad de sus patatas fuesen los primeros en propiciar el cultivo de este tubérculo.
En Galicia los monasterios feudales obligaron a plantar y consumir patatas para combatir la hambruna que se había producido después de una epidemia que afectó a los castaños. En aquel entonces las castañas, bellotas, cebollas y nabos, desempeñaban en elaboración de muchos plato, el papel que hoy en día juegan las patatas.
Sin embargo, parece que sí eran conocidas en Andalucía, más receptiva a las influencias del Nevo Mundo, ya que aparecen citadas en varias obras literarias de la época como <<Patatas de Malaga>>.
Dice Quiñones de Benavente en sus Estremés y baile del invierno y verano: <<Tendré invierno en Sevilla, y verano en Granada, en Motril, la caña dulce, y en Malaga la patata.>>.
También es posible que estas referencias sean de las "batatadas" de sabor dulce que se confundian con las autenticas patatas.
Otra zona en la que se extendió el cultivo de patata fue Álava. En la actualidad esta provincia, pionera en el estudio y cultivo de la patata, ostenta la denominación de origen para alguna de las variedades de este tubérculo.
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